Una enfermedad cerebro
vascular es un conjunto de trastornos que afectan a un área específica del cerebro
de manera transitoria o permanente por una isquemia, una hemorragia o por algún
otro proceso patológico que afecta especialmente al flujo sanguíneo.
Aunque no es tan común
escuchar hablar de ellas, ya que hay otras afecciones que cuentan con una prensa
mucho más importante, las enfermedades cerebro vasculares son la tercera causa
de muerte en culturas occidentales, sucediendo a las cardiopatías y al cáncer y
la primera causa en lo que respecta a algún tipo de invalidez en las personas
que superan los 65 años de edad, siendo la isquemia la más recurrente de todas
ellas.
Entre los principales
factores que contribuyen al desarrollo de la misma nos encontramos por un lado
con algunos prevenibles como es el caso de la hipertensión arterial, la
diabetes, obesidad, sedentarismo, hipercolesterolemia, excesivo consumo de
alcohol, drogas y la ingesta de anticonceptivos orales y luego con aquellos
factores no modificables como el sexo, la edad, la raza y la herencia genética.
Neuronas como las que se
encuentran en la corteza cerebral, en el cerebelo, en el hipocampo o en el
cuerpo estriado, suelen ser las más afectadas por la isquemia.
En tanto, puede ser que el
accidente isquémico sea transitorio, es decir, que luego de unas horas, el
restablecimiento de las condiciones neuronales sea pleno y no presente
secuelas, o bien que se manifieste como constante y con un marcado sentido
hacia la involución del paciente más que hacia la evolución.
Entre los síntomas más
reconocibles de la isquemia nos encontramos con la pérdida del sentido y de la
orientación, la disminución de la capacidad circulatoria, en algunos casos, la
pérdida de las capacidades del habla y de razonamiento, así como la
discapacidad en los miembros inferiores o superiores, entre otras.

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